De una vida sexual limitada a una vida sexual plena.

Es común, mas aun cuando uno empieza la vida sexual, pasar por momentos incomodos. Y seguro, que, si has empezado un proceso de introspección sobre ellos mismos, te habrás dado cuenta de que todas están incomodidades surgen de diversos pensamientos, ideas o creencias que otros nos han mostrado sobre lo que debería ser y como debería vivirse el hecho sexual.

Bueno, pues son estos mismos pensamientos los causantes también de muchos episodios vergonzosos o frustrantes: ¿Alguna vez, por mucho que hayas luchado en conseguirlo, alcanzar el orgasmo ha sido misión imposible? ¿Alguna vez tu o tú pareja ha eyaculado antes de lo deseado o no ha podido eyacular? ¿Alguna vez la penetración te ha generado dolor? Si tu respuesta a alguna de estas preguntas ha sido sí, este articulo es fundamental para que empieces a entender el por qué.

Resulta que la educación sexual ha sido por muchos años un tema tabú, por lo que crecemos aprendiendo sobre nuestra sexualidad en el ensayo y error, en los comentarios de otras personas y en lo que escasamente y con vergüenza nos cuentan en la escuela o nuestros padres.

La mayoría de esta información es errónea y ella misma empieza a generar diferentes emociones, podemos destacar tres, las mas importantes: Miedo, vergüenza o culpa. Y se preguntarán miedo, vergüenza o culpa de qué, les regalaré varios ejemplos: Miedo de quedar o dejar en embarazo, miedo de adquirir una ITS, miedo de confiar mis fantasías sexuales, vergüenza de la apariencia de mi cuerpo, vergüenza de la técnica que implemento en las diferentes estimulaciones, vergüenza de mostrarme inexpert@ o novat@ en algo, culpa al sentir que mi pareja no queda satisfech@, culpa al hacer cosas que me dijeron no debería hacer o tan siquiera pensar… y así podría continuar con infinidad de situaciones más. Pero ¿por qué estas emociones terminan perturbando o limitando la forma en la que me relaciono con la sexualidad?, en principio porque de base experimentar estas emociones genera malestar, pero también es porque la producción hormonal que generamos cuando experimentamos estas emociones actúa como antagonista a la producción hormonal que necesitamos generar para disfrutar el sexo de la mejor forma. Es por lo anterior que ante la aparición de pensamientos que terminen generando estas emociones durante el sexo generemos respuestas sexuales que no queremos, como no encontrar el orgasmo, sentir dolor en la penetración o no poder controlar la eyaculación.

Ok, ¿Cómo lo solucionamos? Fácil, podemos empezar a gestionar estas emociones, para aprender a hacerlo, te invitamos a seguirnos en Instagram, nos encuentras como @Owna_care, allí de la mano de nuestra sexóloga aprenderás a gestionarlas, de forma que esto ya no siga siendo una limitación para la forma en la que te estas relacionando sexualmente con los otros. De una vida sexual limitada a una vida sexual plena. Miedo, vergüenza o culpa ¿por qué estas emociones terminan perturbando o limitando la forma en la que me relaciono con la sexualidad?

Autora - Lincy Acosta Psicóloga, Sexóloga